Mi padre es artesano,
Y miro sus manos labradores de palmas,
miro sus cabellos desgastados de tantos pensamientos
que lo llevaron a sus logros felices.
Mi padre es artesano,
y lo es por sus manos
enhiedrados de tantas jornadas largas
y de su rostro desvelado.
No me avergüenzo en decirlo,
mi padre es artesano,
supo transformar el guano
en hermosos canastos.
Artesano, sin que decline su pasión.
Haz caminado por senderos, por aguas, por vientos,
haz caminado por tus alegría encontrados en nosotros.
Vuelve mi impresión, viéndote en el sofocar del calor
labrar,
en el desesperante callar de los mercenarios.
Artesano de tu propia vida y de tus
corazones.
Dentro de la naturaleza que te grita
Esta en tus manos
manipular, crear.
Artesano que te creo la propia vida y te lega ella misma su ciencia.
Tejes tus caminoson con palmeras redondos
Y subes a tus hijos en la escalera del mundo.
Mi padre es artesano,
Lo es por sus manos morenos, agiles y envenados.
Mi padre es artesano y mi madre también.
Porque ella es el ángel de sus inspiraciones.
Mi madre es artesana.
Pueden verlo sentada mientras sus manos mueve con misterio.
Ella es artesana,
Mi madre sabe llorar,
Sabe sufrir, también sabe de la alegría
que descubre en su interior cada día.
Mi madre es artesana,
artesana de la alegría, del hogar de Dios.
Reza entre los caminos del tejido por sus hijos
y canta entre sus costuras de sombreros.
Mi madre y mi padre son artesanos.
Ellos lloran, cantan, ríen por sus hijos.
Ellos corren senderos en busca de la naturaleza
para transformarla,
ellos laboran noches enteras sin renunciar.
Artesanos son,
chontales son, y yokot’anes serán.
Dorilian Rodríguez de la Cruz.
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